La ministra del interior británica, Amber Rudd, ha declarado que, tras el éxito del Brexit, se evalúa la posibilidad de endurecer la política de visados de trabajo. Esto con el objeto de controlar la inmigración desde la Unión Europea (UE). La medida podría, incluso, exigir el contrato de trabajo para emigrar a Reino Unido.

Este sistema busca la manera de satisfacer a los votantes que apoyaron el Brexit y demandan un mayor control fronterizo. Al tiempo que atiende las necesidades de una economía en la que algunos sectores dependen del trabajo extranjero. No obstante, supone un obstáculo a los 125 mil españoles que para 2015 se han registrado como residentes en Reino Unido; esto según información de la Oficina de Estadística Nacional (ONS).

A pesar de las declaraciones de Amber Rudd, la primera ministra, Theresa May, ha rechazado recientemente el sistema por puntos para controlar la inmigración, al menos así lo ha declarado a la agencia EFE.

Los partidarios del Brexit prometieron aplicar esta medida en el caso de salir aprobada la salida de la UE y se sintieron defraudados con el rechazo de la misma. Este hecho ha provocado, en ellos, un temor a que el gobierno no sea suficientemente duro en materia migratoria. A la fecha, la migración neta anual de Reino Unido es de 330 mil personas y se espera llevarla a menos de 100 mil.

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