Expatriados y familia ¿Cómo gestionarlo?
El proceso de expatriación afecta tanto al empleado como a su familia. El trabajador acepta el cambio más fácil porque su labor le facilita relacionarse con el entorno, pero para su pareja y sus hijos puede ser más complicado. La familia no siempre está a favor de trasladarse, o al llegar al país de destino no consigue adaptarse.
La gestión de las relaciones familiares en procesos de expatriación no se pueden tomar a la ligera, según indican las cifras del Informe “Global Movility trends survey 2015”. El estudio señala que “las personas que trabajan fuera de su país de origen cumplen, en su mayoría, con tres requisitos: son hombres (81%) de mediana edad (el 59% entre los 35 y los 54 años) y tienen familia (73%)”.
¿Qué puede hacer la empresa?
Un proceso de expatriación es una experiencia positiva, si todos los miembros de la familia lo viven como una oportunidad para crecer y ampliar sus horizontes. Esto se cumple si la compañía facilita la resolución de necesidades básicas como manutención, escolarización, idioma y trasporte. Pero el éxito está garantizado si además facilita la formación intercultural y la autorrealización.
Cuando la familia debe trasladarse a lugares maravillosos, pero con una situación política y social inestable, se genera preocupación por el bienestar colectivo y el proceso de expatriación puede frustrarse.
Para facilitar el proceso, la compañía debe ampliar el enfoque en la capacitación de sus empleados. No es suficiente con formarles en cuestiones laborales de su futuro entorno, es necesario también ofrecer herramientas que alivien el choque cultural para toda la familia.
El llamado Entrenamiento Intercultural y un servicio psicológico o de coaching para el empleado y su familia, son un respaldo fundamental que debe ofrecer la compañía a los trabajadores expatriados con responsabilidades familiares. Una comunicación permanente antes, durante y después del traslado, hace parte del buen resultado del proceso de expatriación.
¿Qué puedes hacer?
El trabajador y su familia deben asumir que si toman la decisión de trasladarse, deben ser entusiastas y abrirse al cambio. Disfrutar el nuevo lugar, apuntarse a cursos o grupos con actividades facilitarán las primeras relaciones básicas para adaptarse.
La soledad es uno de los grandes conflictos que enfrenta un expatriado en la primera etapa de su traslado, enfrentarla en familia es muy diferente. Ser agradecido con la oportunidad de vivir juntos la experiencia, facilitará los agudos momentos de nostalgia, que también habrá que aceptar como parte de la experiencia.
Los niños también son expatriados
La adaptación de los niños a un nuevo entorno es más fácil si se les tiene en cuenta durante el proceso. Con estos pequeños tips, puede hacer que sus hijos se sientan más a gusto en su nuevo destino:
- Explicarles con entusiasmo que el traslado de sus padres obedece a un deseo de progreso y mayor bienestar.
- Leer con ellos guías y consultar mapas del lugar de destino.
- Si las costumbres del país de destino son muy diferentes, procurar mantener las tradiciones familiares en casa.
- Las actividades extraescolares, los clubs deportivos y los grupos de padres facilitan el contacto entre niños de la misma edad.
- Mantener la comunicación con familiares y amigos a través de Internet con frecuencia.
¿Cuáles otras consideraciones pensáis que pueden facilitar el proceso de expatriación para la familia y sobre todo para los niños?
Esta información no constituye bajo ningún concepto asesoramiento jurídico, sirviendo sólo a efectos informativos. En caso de necesitar servicios profesionales en materia de Inmigración Global y Movilidad, póngase en contacto con nosotros.
*Debe tenerse en cuenta que la normativa de cualquiera de los países analizados así como los procedimientos establecidos pueden cambiar en cualquier momento y sin previo aviso.
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